En octubre, un barco de rescate italiano partió hacia aguas de Libia, en un desafío directo al ministro del Interior, Matteo Salvini, perteneciente a la extrema derecha. Fue la primera embarcación no militar con bandera italiana que operó en el Mediterráneo desde que comenzó la crisis migratoria. A diferencia de los barcos de rescate gestionados por ONG humanitarias, que habían sido bloqueados en los últimos meses por el Gobierno italiano, el Mare Jonio enarbola una bandera italiana y cuenta principalmente con tripulación italiana. Por lo tanto, legalmente, no se le puede denegar la entrada a un puerto italiano, aunque el ministro del Interior todavía podría tomar medidas para evitar que las personas desembarquen. El barco fue adquirido y equipado por un grupo de políticos de izquierda, asociaciones antirracistas, intelectuales y personalidades del mundo de las artes, bajo la supervisión de dos ONG. Su misión, llamada Mediterranea, consiste "no solo en proporcionar ayuda humanitaria, sino en protestar contra las políticas tóxicas de Italia, Europa y los Estados Unidos".